Cuando la sexualidad no funciona como quisiéramos, se ve afectada nuestra autoestima, nuestro ánimo y nuestra relación de pareja. Este problema puede condicionar que nos percibamos negativamente o entremos en dinámicas insanas con quienes tenemos un vínculo amoroso. Todo eso puede darnos ansiedad, tristeza y empezamos evitar tiempos y espacios que para los demás parecen ser felices. Nos preguntamos qué está mal y muchas veces, el origen está en nuestra mente, nuestras emociones y nuestros aprendizajes. Yo te ayudo a resignificar esto, a reaprender como vincularte con tu cuerpo, tu sexualidad y tus vínculos para que al pensar en ella, puedas sonreír.