Me especializo en el abordaje clínico de alta complejidad, acompañando a personas que atraviesan conductas y estados mentales de alto riesgo —como la ideación suicida, las autolesiones, los trastornos de la conducta alimentaria y las adicciones— así como experiencias de trauma psicológico, en particular trauma complejo, trastornos disociativos, trastornos de ansiedad, estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo y otras formas de sufrimiento psíquico profundo. Trabajo desde un enfoque clínico informado en trauma, con perspectiva de derechos humanos y sensibilidad hacia las múltiples formas en que las personas desarrollan mecanismos de supervivencia ante contextos adversos. Esto implica una escucha cuidadosa, una mirada respetuosa de la singularidad de cada historia, y el compromiso ético de no patologizar lo que es, muchas veces, una respuesta humana ante el dolor. También acompaño de forma especializada a personas neurodivergentes, ya sea que su neurodivergencia esté relacionada con el neurodesarrollo —como el autismo, la atención divergente (TDAH), las Altas Capacidades Intelectuales (ACI), la desregulación emocional extrema (EQZ) o el trastorno bipolar— o que haya sido adquirida a lo largo de la vida, como en los casos de trastorno límite de la personalidad (TLP), trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o trastorno de identidad disociativo (TID). Mi práctica se fundamenta en un enfoque neuroafirmativo, que reconoce y valida las distintas maneras de habitar el mundo y busca generar condiciones de comprensión, seguridad y agencia para cada persona. Adapto mis intervenciones a cada consultante, integrando de manera flexible herramientas provenientes de terapias basadas en evidencia como la Terapia Dialéctico-Conductual (DBT), la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la Terapia Centrada en la Compasión, además de prácticas clínicas informadas en trauma, la metodología AMAR y el método PARCUVE. Formo parte de la Asociación Española de Psicología Sanitaria y me sigo formando de manera continua para sostener una práctica clínica rigurosa y humana. A lo largo de los años, he aprendido profundamente de las personas que he acompañado. Ellas me han enseñado sobre la fuerza que habita en lo vulnerable, y me han permitido honrar, con cada proceso, el valor de estar presente con integridad, sensibilidad y respeto en el camino hacia el bienestar, la autocomprensión y la reconstrucción del sentido.